Las Últimas Cosas | The Last Things
Jorge Edgar Hernández
—
La obra de Enrique Hernández se sitúa en una paradoja entre el fin de la realidad y el fin de la ilusión. Momento en el que las promesas de la modernidad, ya dinamitadas, se han desmoronado y de las que sólo quedan algunos vestigios que desvelan su ilusión fracasada, donde la imaginación comienza a nublarse y la imagen, a perderse. Así lo reflejan algunas de las obras que conforman Las últimas cosas, en las que una nube de polvo borra, desintegra o elimina lo que habita en su interior. Sin embargo, Las últimas cosas también son interpretaciones o alusiones al cine y al video, a la arquitectura y a la ciudad, a los sistemas sociales y políticos, a la fotografía, a la pintura y al cambio; son una reflexión fenomenológica sobre la relación que establecemos con el mundo y con nuestra realidad inmediata, una percepción interna que nos libera de prejuicios y coloca ante nosotros al objeto y al fenómeno mismos. A la pregunta, qué sentido tiene pintar y qué fin tiene la pintura en un mundo en el que reinan las (des)ilusiones, donde la sobresaturación de imágenes tiene casi a cualquiera en un estado de vértigo o, por el contrario: anestésico, Hernández encuentra las respuestas en las mismas imágenes y en la misma pintura, esto es, en una pintura consciente de sus capacidades, con la habilidad de plantearse preguntas sobre sí misma y sobre lo que en ella se (re)presenta, y en unas imágenes que, extraídas de los medios masivos, congeladas, deconstruidas y revaloradas sirven no ya de materia prima para el pintor, sino de objeto de reapropiación. Las últimas cosas es pues, tanto una reconstrucción de lo real, como un estado de autoconciencia por parte del artista, en una búsqueda de sentido por medio de una tensión constante con la pintura y su imagen pictórica, una reacción ante un supuesto fin de la realidad, de las imágenes y del mundo, de lo que no se sabe qué seguirá. Ante esta incertidumbre lo que queda es asistir con admiración y horror a dar fe del derrumbe, la desaparición, la oscuridad y la luz, como si de un acto sublime se tratara.